lunes, 2 de diciembre de 2024

Incendi en el cine parroquial

INCENDI EN CINE PARROQUIAL 


En 1919 havia arribat a Benimaclet un jove vicari per a ajudar en la llavor pastoral dels més jóvens del poble, José Cantos i Bayona. Encara no havia complit els 30 anys quan va arribar i el seu primer destí havia segut la parròquia de Montortal. 

En l'intenció d'entretindre als jóvens del poble, d'una manera que no anara contra la moral catòlica, va convéncer al retor titular, Don Miguel Zaragozà, per a montar un cine parroquial en els locals del carrer Santíssim Crist de la Providència. 

L'arribada del cine a Benimaclet va fer possible que molts benimacleters pogueren vore per primera volta alguna película, per atra banda l'església s'assegurava que les películes foren d'acort a la moral que defenia. 

En les festes de Nadal de l'any 1921 és va produir una gran desgràcia. Per motius desconeguts es va iniciar un incendi en el local. El caos s'apoderà dels assistents en mig de la foscor, el fum i les flames. Don José no dubtà en arriscar la seua vida per a traure als chiquets que hi havia en el cine. A causa de la seua valent acció el vicari va patir greus cremadures en el seu cos que provocaren les morts uns dies més tart. 

La prensa del moment anuncia que el Governador a l'alcalde de Benimaclet ordenà el tancament d'un cine el 4 de Giner després de l'inspecció realisada (imaginem que relacionada en el fatal incendi). 

El 10 de Giner de 1922 a les 23:30 hores de la nit moria en sa casa situada en el Carrer Valéncia (actual Baró de San Petrillo) número 13 de Benimaclet. 

El Diari de Valéncia del 12 de Giner de 1922 narrava aixina el funeral i soterrar: 

Ayer tarde verificóse el entierro de los restos mortales del malogrado Vicario de Benimaclet, nuestro amigo señor Cantos Bayona, dando lugar a imponente manifestación de duelo por parte de los vecindarios de aquel poblado y del de Alboraya, en cuyo cementerio fué inhumado el cadáver. 

En el acompañamiento figuraban los niños del Asilo de San Juan de Dios, todos los de las escuelas públicas de Benimaclet y las asociadas a todas las Corporaciones de la misma parroquia, llevando cirios encendidos; el Clero parroquial, yendo de Preste don Rafael Tramoyeres, y tras el féretro, conducido por socios del Sindicato Católico, iba el duelo, que presidían: por la familia, don Jesús Cantos, hermano del finado, y un tío del mismo; el Cura Párroco, don Miguel Zaragozà; el reverendo Padre José María Zaragozá, franciscano; un padre Camilo, y el presidente de dicho Sindicato. 

Terminado el oficio de sepultura en Benimaclet, se puso marcha el cortejo hacia Alboraya, en donde fué recibido por el Clero de la población, presidido por el señor Cura Párroco, dirigiéndose primero a la puerta de la iglesia, y después al cementerio, acompañado de gran número de vecinos de los dos indicados pueblos y muchos amigos de Valencia, entre ellos respetables sacerdotes. 

Pudimos observar lo muy sentida que ha sido la muerte del señor Cantos, tanto por las excelentes prendas personales que en él concurrían como por las causas que la han motivado, no temiendo asegurar que las lágrimas asomaron en los ojos de todos los que asistieron y presenciaron el desfile de la triste comitiva. 

Sirva esto de algún consuelo a los apenados padre y hermano del señor Cantos (q.e.p.d.) 


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